martes, 14 de mayo de 2013

Los sustitutos

Tito Vilanova suplió a Pep Guardiola y Jordi Roura asumió ciertas funciones del primero cuando éste se tuvo que ausentar por enfermedad. Sea como sea, la Liga obtenida por el Barcelona, la cuarta en cinco años, bien puede ser recordada como aquella en la que los sustitutos triunfaron... en la vida y en el fútbol.

Foto: es.eurosport.yahoo.com
El día que Sandro Rosell anunció que Pep Guardiola se marchaba para llenarse de nuevo, quiso dar un golpe de efecto nombrando a Tito Vilanova nuevo entrenador. Consiguió tal propósito, todas las cámaras captaron esa imagen. Sin embargo, quedó a la izquierda de los enfoques la cara del técnico saliente, bebiendo agua, manteniendo el trago en la boca con los mofletes hinchados y la mirada perdida. Una cara que decía algo. 

Tuvieron que pasar muchos meses para que Tito Vilanova, el mismo amigo de toda la vida con el que compartió vivencias en La Masia de bien crío, con el que se aventuró a ser entrenador, asegurara que la relación se había enfriado por la distancia. La misma que separaba Barcelona de Nueva York, la misma que separaba la calle de Times Square en la que luchaba contra su enfermedad Tito y en la que vivía cerca de Central Park Pep.

El día que el Chelsea eliminó al Barça en la Liga de Campeones de 2012, Pep le confesó dos verdades a Tito en su despacho del Camp Nou: que iba a abandonar el equipo y que le iban a proponer a él ser su sustituto. Sorprendido en un inicio, poco dudó Vilanova en aceptar un cargo que cualquier otro querría tener. Desde ese momento, el segundo entrenador pasaba a ser primero. Y el apelativo de sustituto fluía a su vera. 

La idea era mantener todo intacto. Nada de revoluciones, cambios drásticos o variaciones traumáticas. Puede que eso fuera lo que necesitaba el Barça. Una línea continuista en el aspecto técnico, de acuerdo, pero también iniciar una transición pausada hacia una plantilla más joven. Tal vez por eso Pep tomó la decisión de marcharse, de irse  Nueva York. Dejó el embolado a otro. El otro, sin embargo, no admite que haya que hacer grandes reformas en el vestuario. Renovados pesos pesados, y veteranos, como Puyol y Xavi, así como Messi, lo que hace falta desde su punto de vista son algunos retoques. Pone como ejemplo el Barça post Dream Team, aunque en este caso las comparaciones son odiosas. 

Tito ha dotado a su equipo de la misma personalidad, del mismo juego, de la misma esencia. Y eso tiene mérito. También tiene la culpa de que los rivales conozcan al dedillo el estilo, y que eso provoque que le pongan en más aprietos. Ahí está la Liga de Campeones y las remontadas y goleadas ante el Bayern de Múnich (que en breve adoptará Guardiola, qué cosas) para confirmarlo. En la Liga, su equipo fue poderoso en su arranque. Ahí gestó un título que ahora disfruta. De hecho, el propio Vilanova alaba la primera vuelta y, sobre todo, la superación del bloque cuando, a finales de diciembre, se le diagnosticó una recaída en su enfermedad y tuvo que ausentarse unas cuantas semanas para tratarse en Nueva York. 

He ahí el otro sustituto de esta historia. Jordi Roura, el "héroe" según le calificó Rosell, tuvo que ocupar el espacio que dejó Tito. De acuerdo, el entrenador seguía presente gracias a la comunicación constante por vía nuevas tecnologías, pero su única experiencia previa como primer técnico fue con L'Hospitalet en Segunda División B y las comparaciones entre ese histórico club y el Barcelona son excesivas. Con la plantilla de su lado ayudando en los momentos decisivos, aguantando las lágrimas en una rueda de prensa al recordar a Tito, dando la cara cuando venían bofetadas y golpes con el puño cerrado, supo mantener el ritmo en la Liga, aunque el equipo llegara sin fuerzas al final del curso. El desgaste de todos fue clave en esta temporada. 

¿Qué ha hecho especial al Barcelona esta Liga? "En la primera vuelta no perdimos, sólo empatamos un partido. Nos dieron por vencedores, pero seguimos aguantando la presión del Real Madrid. Y venimos de donde venimos, de que el entrenador que estaba se fue [Guardiola]. Parecía que se iba a hundir [el equipo], pero no", responde Vilanova. El sustituto, además, pide celebrar la Liga como se merece. No le falta razón.  

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