martes, 11 de junio de 2013

Pep, heredarás el Bayern

Entrada principal de la Ciudad Deportiva del Bayern.
Foto: Los Tuercebotas
Pep Guardiola ha recibido un equipo. Pero también una obligación y una obsesión. Su responsabilidad a partir de ahora es mejorar las prestaciones de un Bayer de Múnich que ha ganado la Bundesliga con una autoridad y una suficiencia aplastante, una Copa de Europa que estaba lamiendo desde hacía años y una Copa de Alemania que recibe cual galleta en las natillas, para enriquecerlas.


"Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire [...]. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj"


Julio Cortázar, Instrucciones para dar cuerda a un reloj
Pep Guardiola ha recibido un equipo. Pero también una obligación y una obsesión. Su responsabilidad a partir de ahora es mejorar las prestaciones de un Bayer de Múnich que ha ganado la Bundesliga con una autoridad y una suficiencia aplastante, una Copa de Europa que estaba lamiendo desde hacía años y una Copa de Alemania que recibe cual galleta en las natillas, para enriquecerlas.

Ha heredado la gloria, pero también la penuria. Deberá superar este listón estratosférico para mejorar lo inmejorable. Ahora, se verá si su libreto encaja en otro club, aunque sea uno hermanado con el Barcelona por los signos que se ven últimamente. Sus métodos, nacidos en tonalidades azul y grana, deberán adaptarse a una entidad donde hay ciertas tradiciones intocables. Algunas, innegociables. Grosso modo, este es el Bayern que heredará Guardiola.

Para empezar, la tradición futbolística es básica. En mitad de la calle Säbener Strasse de Múnich, enclavada en un barrio de casas adosadas y aceras inmensas, se halla la Ciudad Deportiva del Bayern. Allí se enmarcan también los despachos y las oficinas. Es el hogar del equipo bávaro. Ahí puede ir cualquier aficionado. De hecho, se les permite ver los entrenamientos de forma ocasional. Algo que, en el Barça, Guardiola nunca llevó demasiado bien. Salvo en contadas ocasiones, sus sesiones eran por imposición, cerradas al público. Se permitía captar imágenes durante el inicio, poco más.





Uno de los entrenamientos abiertos del Bayern.

Foto: Los Tuercebotas

En el Bayern, la cercanía es básica. Ya sea con sus seguidores animando al grupo en un entrenamiento o acercándose a ellos por medio de los periodistas. De hecho, se permiten las entrevistas y, en el tramo final de la Liga de Campeones que acaba de conseguir, el club celebró dos jornadas abiertas a la prensa. Otra cosa es que sus miembros hablen de cualquier tema. Hasta la presentación del sustituto de Jupp Heynckes, las declaraciones sobre Guardiola están en cuarentena. Eso sí, con educación y sin entrar en detalles. En la etapa azulgrana de Pep, el flujo informativo iba por rachas. Para empezar, el entrenador sólo comparecía en ruedas de prensa, a veces hasta cuatro veces por semana, mientras que los encuentros entre jugadores y periodistas se producían dependiendo de las rachas del campeonato.

Cuando se comenzaron a conocer los métodos en el Barcelona de Guardiola, algún que otro aficionado se disgustó tanto que el presidente del Bayern, Uli Hoeness, tuvo que calmar los ánimos: «No está en nuestros planes cerrarlo todo y cercar el campo de entrenamiento. Aquí pueden ver a sus ídolos de cerca, no cambiará nada».

La imagen idílica del Bayern en Múnic contrasta con algunos parajes germanos. En Alemania se cuenta que los bávaros arrastran el tópico de no caer bien por su arrogancia, algo que podría pensarse de un equipo que acaba de alzar su quinta Copa de Europa. “Otros generan más simpatías, nosotros sólo queremos ganar», resumió en el Open Media Day el director deportivo muniqués, Matthias Sammer. En sus manos está reforzar a un equipo inconmensurable para que supere sus cotas actuales.




El Bayern, de fondo, durante un entrenamiento.

Foto: Los Tuercebotas
La intención cuando Guardiola se haga cargo del Bayern es importar las ideas que convirtieron al Barcelona en un equipo para recordar. En el mejor del planeta. Ahora bien, la idiosincrasia de las dos entidades es diferente, su modelo tiene puntos dispares y la transfusión puede ser rechazada porque, tal vez, ese modelo no admita mudanzas. “El Barcelona ha demostrado que se puede tener una idea en la misma cantera y que se puede organizar el fútbol para tener calidad deportiva, pero no creo que se pueda calcar. Está la parte humana, que puede servir como inspiración, porque cada club tiene su propia filosofía», admite Sammer, sabedor de que el Bayern es el Bayern y el Barça, el Barça. Bastante tendrá el director deportivo, además, para evitar que en las contrataciones de jugadores aparezcan Martín Cáceres, Chigrinski, Hleb, Ibrahimovic o Alexis. De momento, Götze está atado. Y suspira por Leandowski.

El reto comenzará a partir del 26 de junio, cuando Guardiola se enfunde la ropa deportiva de nuevo y comience a entrenar. Luego vendrán los primeros amistosos, las primeras pruebas. Una de ellas ni más ni menos que ante el Barcelona de Tito Vilanova, con quien su relación se ha enfriado a tenor de las palabras del segundo. Aunque, tal vez, el planto más caliente venga en la Supercopa de Europa, ante el Chelsea de Jose Mourinho. Nadie dijo que heredar la gloria no tuviera letra pequeña que cumplir.

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