domingo, 19 de enero de 2014

La eterna juventud de Seedorf

Silvio Berlusconi llegó a vaticinar que Clarence Seedorf llegaría a jugar hasta los 52 años. Puede que el tono fuera de broma, pero el trasfondo no. El centrocampista siempre se ha mantenido joven, se ha sabido cuidar y a mimado sus extraordinarias condiciones hasta el extremo. "Es el amor propio. Juego por amor propio. Debes tenerlo en la vida, aunque sé que el fútbol no dura siempre y que cuando los dejas, se acabó".
Ahora, es él quien se ha desatado las botas en el Botafogo y se ha amarrado a la libreta y el chándal. Es el nuevo entrenador del Milan, algo que no ha causado tanto revuelo como se esperaba. Tal vez, porque la situación del siete veces campeón de Europa dista mucho de aquellos días de gloria. 

Seedorf tiene una difícil tarea. Y lo sabe. El equipo milanista se descomponía ya hace tres años, cuando a los traspasos de Ibrahimovic y Thiago Silva se acompañó el adiós de una honrada de veteranos legendarios. Gattuso, Pirlo, Inzaghi, Nesta y el holandés emprendieron caminos diferentes. De ellos, tres son entrenadores. Pero uno es el único que no tiene experiencia. Es Seedorf, quien se sacó el título de entrenador mientras apuraba sus últimos días de jugador.

A sus 37 años, no tiene el repertorio de Gattuso o el saber estar de Inzaghi, quien sonó como primer entrenador rossoneri en vista de su extraordinario trabajo en el juvenil. La apuesta por Seedorf nunca tuvo adeptos. Más bien, incógnitas. Su personalidad, arrolladora, parecía un problema. Pero si por algo destacaba el medio en sus años futbolísticos, era por ser un técnico en el campo. Con su carácter, con su talento. Y siempre, sin resignarse.

Así fue como destacó en el Real Madrid cuando era un jovencillo que acababa de ganar la Copa de Europa con el Ajax y firmó por la Sampdoria. O cuando se marchó del club blanco en busca de más gloria, primero al Inter de Milán, luego al Milan, donde apuró una década de éxitos. Es el único jugador en ganar cuatro Copas de Europa en tres clubes diferentes. 

Protagonista en la era gloriosa del Milan, ahora desea recuperar ese terreno perdido. En una entrevista concedida hace más de dos años con motivo de un enfrentamiento ante el Barcelona en la Liga de Campeones, ya hablaba de los éxitos del Barcelona. "En los últimos cinco o seis años escribe la historia del fútbol y probablemente en unos años será otro equipo si cambian las cosas. La rueda gira, como se dice. El Milan ya estuvo en ella antes, desde 2002 o 2003 y hasta 2007 ganó dos Ligas de Campeones llegando siempre a semifinales. Cada uno tiene su época, los grande de Europa van a estar siempre en esa rueda", sentenció. 

Ahora, él es el encargado de que el Milan entre en esa espiral triunfal. Que rejuvenezca sus ansias de victorias tras envejecer de forma súbita y perder en cada partido años y vida. Es hora de que vuelva a tener amor propio. El mismo que hacía que cada día, Seedorf se levantara con ganas de demostrar su valía. 

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